Pigmento mineral* sintético, comercializado a partir de 1818 y empleado, sobre todo, a lo largo del siglo XIX. Es un cromato de plomo* y su color varía entre un amarillo limón y anaranjado, dependiendo del tamaño de sus partículas. Cuando es químicamente puro permanece bien ante la luz, pero con frecuencia oscurece con el tiempo o puede virar hacia tonalidades verdosas si se expone a una luz solar intensa. Su mezcla con pigmentos orgánicos se suelen tornar verdosas y es incompatible con pigmentos que contienen cromo* o azufre*. Se suele utilizar para la pintura al óleo (es donde mejor se comporta); a la pintura mural al fresco sólo se puede utilizar su variedad básica (de color anaranjado o rojo) porque reacciona con la cal*.