Papel* hecho a mano a base de fibras sacadas del interior de la corteza de la caña de bambú*. Las fibras de bambú* son extraordinariamente largas, lo que convierte al papel de China, a pesar de su delgadez, en un papel de notable tenacidad. Su aspecto translúcido, con un ligero tono amarillento, su finura y su textura fibrosa y flexible, han hecho de él un papel muy demandado en el grabado xilográfico y calcográfico. Su empleo en la estampación en hueco se generalizó durante el siglo XIX, dando lugar a una modalidad específica que lleva precisamente su nombre.