Papel* preparado para transferir por autografía un dibujo a una piedra* litográfica. La adherencia de la imagen a la superficie de la piedra es posible gracias al encolado de la cara del papel que va a contener dicha imagen. Tal operación consiste en aplicar con un pincel ancho y flexible una sustancia especial, formando una capa delgada. Senefelder sugiere como ingredientes goma arábiga*, cola* cocida, creta* o tiza*, cal apagada (hidróxido cálcico*) y almidón*, pero basta aplicar un engrudo* de harina de trigo* o almidón* de arroz* diluido en agua* tibia. Una vez seco el papel se coloca sobre una piedra bruñida y se pasa por la prensa, adquiriendo de este modo mayor tersura y un apresto fino que facilita el dibujo.