Porción central del huevo* en los vertebrados ovíparos. Es una emulsión acuosa de grasas* y aceites animales*, proteínas* (principalmente, albúmina*), colorantes*, sales minerales y un fosfolípido, la lecitina, que actúa como emulgente. En las técnicas artísticas se ha empleado tradicionalmente como aglutinante*, sobre todo, en la pintura al temple. Las pigmentos* aglutinados con yema del huevo, debido al alto porcentaje de grasas que contiene, permite la formación de una película con excelentes propiedades de elasticidad, cohesión y adhesión. Una vez seca, su insolubilidad y su resistencia aumentan, conserva perfectamente los colores y no tiene tendencia al amarilleamiento. Cuando se usaba sólo la yema, se extraía la parte interna, rompiendo cuidadosamente la membrana que la envuelve y se mezclaba con poca agua* y con los pigmentos, hasta formar un empaste. A veces se le añadía vinagre* o látex* de higuera para mejorar su fluidez. También se aplicaba mezclada con clara de huevo* para evitar la formación de una película demasiado grasa y para aumentar la cohesión y la intensidad de color.