Pieza de tela fina -percal, museilna, etc-, a menudo encerada, barnizada o aceitada, tendida en un bastidor, o colgada de una barra sin fruncir, que se coloca en el vano de una ventana a modo de cerramiento o para tamizar la luz.
Conocidas ya en el siglo XVIII, su época de esplendor se inicia a principios del siglo XIX.