Cocina de hierro en cuyo interior se deposita y se quema el combustible -leña o carbón- que calienta los fogones y el horno. La ceniza se recoge en un cenicero* extraíble, que se sitúa directamente debajo de la cámara de combustión. El humo se expulsa a través de una tubería. Este sistema, cerrado, optimiza el rendimiento calórico con respecto a los hogares y cocinas abiertos previos.
Nace en el siglo XIX: uno de los primeros proyectos data de 1804, y fue ideado por un español, J. Antonio Ramírez.