Cama* para dormir, pequeña, que se sitúa junto a una de aparato. Es para criados de confianza, o para el propio amo cuando la más lujosa sólo tiene valor representativo. Puede esconderse durante el día bajo ésta o retirarse. No suele estar demasiado ornamentada ni provista de tejidos ricos.
El ceremonial de la casa de Borgoña desarrolló hasta sus últimas consecuencias las normas relativas a la forma, riqueza y agrupamiento del mobiliario ligado al ceremonial cortesano. Este exigía que se armaran lechos* ricos para la mera exhibición, que no se usaban para dormir. Para ello se fabricaban camas más modestas en dimensiones y guarnición*, a veces a juego con las de parada, que en la Península, donde se mencionan desde principios del siglo XV, reciben el nombre de camas de reposo.