Mesa* para cambistas y banqueros que, en general, está provista de un compartimento bajo el tablero para la guarda del dinero, al que se accede levantando la tapa, descorriendo una trampilla, etc. A fines del siglo XVII, en Francia, todavía hay mesas de cambista, de seis pies, dos de los cuales se despliegan al frente para recibir una hoja del tablero, que se pliega a modo de carpeta. El buró Mazarino* también hizo las veces de mesa de cambista.