Tela blanca que se coloca sobre el colchón -sábana bajera- o sobre el durmiente -sábana encimera-. Hasta el siglo XIV, en las camas de postes*, el cobertor del colchón es el alhamar*, empleándose la sábana blanca encimera con poca frecuencia. En las camas encajadas*, el juego de dos sábanas se hace norma. Covarrubias dice que se solían confeccionar con dos y media o tres piernas* de tejido de ancho.