Los hallazgos monetarios son una de las fuentes más importantes para la investigación numismática*, tanto los que se producen de forma casual, a raíz de labores agrícolas, aterrazamientos, obras de construcción, etc., como los que se llevan a cabo en excavaciones y prospecciones arqueológicas. Son fundamentales para estudiar la circulación* de las monedas* de una ceca* o de un período histórico determinados, por lo que resulta esencial recoger toda la información posible en cuanto a las circunstancias del hallazgo, su contexto o cualquier dato relacionado con el mismo.
Por la cantidad de monedas encontradas, los hallazgos pueden ser aislados o de tipo acumulativo. En este último caso, la localización de varias monedas en una misma zona puede indicar la existencia de tesoros*, de depósitos votivos o fundacionales, o de pérdidas fortuitas en calles, edificios o lugares públicos.