Concepto que engloba todos aquellos elementos que a lo largo de la Historia han sido utilizados como dinero (1)*, tanto antes como después de la introducción de la moneda* en una determinada comunidad. Su origen está en la necesidad de ciertas culturas de la Antigüedad y de otras modernas, llamadas "primitivas", de facilitar el comercio y superar las dificultades del trueque de productos, así como de solventar otras situaciones relacionadas con la esfera religiosa, social y política, tales como los pagos de salarios, tributos, multas, deudas de guerra y dotes matrimoniales. En el sistema económico actual, estas funciones se satisfacen con el mismo objeto, pero en el caso del dinero tradicional se puede recurrir a diferentes modalidades, según sea el fin al que se destina.
Se ha empleado como dinero todo tipo de metales*, bien al peso, bien manufacturados en forma de armas, utensilios u ornamentos, productos agrícolas, tales como cacao*, cereales, tabaco y té*, animales de especies muy variadas e, incluso, piezas de tela*. En general, resultan idóneos aquellos objetos que reúnen las características de ser manejables, duraderos, difíciles de falsificar y fáciles de reconocer, transportar, contar, pesar y/o dividir. Lo esencial es que posean un valor convenido por la comunidad que los utiliza, ya sea de tipo material, social o sagrado, ya que probablemente fue este aprecio el que condujo progresivamente a su empleo como reserva de riqueza, referencia de valor e instrumento de pago. De cualquier modo, todos ellos expresan la mentalidad de las gentes que los usaron y permiten aproximarse a su cultura, su sistema político-económico y su tecnología.
La visión evolucionista del mundo occidental ha llevado a la utilización de términos como "premoneda", "paleomoneda", "moneda no convencional", "dinero primitivo" e, incluso, "dinero curioso" o "dinero extraño" para referirse a todos estos instrumentos dinerarios ajenos a la moneda. Algunas de estas expresiones identifican el dinero con la moneda, término mucho más restrictivo, o simplemente, presuponen una progresión cronológica lineal y un cierto desprecio por todo lo que no se ajusta a los modelos europeos. Para evitar este sesgo peyorativo, se prefieren las expresiones "dinero tradicional" e "instrumento dinerario", que engloban tanto las formas antiguas y tradicionales como las modernas.