Técnica de unión* en la que se emplea plomo derretido para afianzar los distintos elementos. El uso del plomo derretido tuvo cierta importancia en las técnicas de construcción antiguas como grapas o anclas de diversas secciones para afianzar los sillares en las paredes o las partes de las columnas y pilares. El emplomado se ha empleado también en la realización de vidrieras donde las distintas piezas (de colores y formas) de vidrio se unían y se montaban en un armazón de plomo, formando la composición decorativa.