En la Inglaterra del siglo XVIII surgió un tipo de dibujo* a la acuarela, absolutamente pictórico, en el que la línea pierde importancia como elemento definidor de la estructura.
Actualmente, las acuarelas fabricadas industrialmente se comercializan secas (en pastillas) o semihidratadas (en tubos).
Técnica pictórica* que emplea pigmentos finamente molidos y aglutinados con una goma (habitualmente, la goma arábiga), a los que se les añaden algunas sustancias, como la miel (para darles plasticidad) y la glicerina (para que absorba mejor el agua).
Se diferencia de otras técnicas similares como el gouache* en que, a pesar de utilizar el agua como vehículo, la disolución no es opaca. Esta falta de opacidad viene determinada por la ausencia del blanco para obtener los tonos claros, los cuales se consiguen rebajando el pigmento con agua, de forma que la luminosidad proviene del reflejo del propio soporte.