Aplicación de una o varias capas de cola en varios de los procesos preparatorios de las técnicas pictóricas era algo habitual, ya que se buscaba acondicionar el soporte (aislar, compactar y unificar su superficie, facilitar la adherencia de las distintas capas, etc.) para recibir la pintura. Las colas empleadas eran de varios tipos aunque, habitualmente, se usaban las de origen animal aplicadas en caliente y con una mayor proporción de agua para mejorar su penetración en el soporte.