El primer aparato capaz de grabar y reproducir sonido mecánicamente fue el fonógrafo de Tomás A. Edison en 1877; la señal acústica se registraba en una hoja de papel de estaño mediante una púa o aguja fijada en un diafragma colocado en el extremo de menor diámetro de un altavoz. A finales del siglo XIX comenzó la comercialización de gramófonos y de los discos de vinilo.
Técnica de grabación* que consiste en fijar de manera mecánica (modificando la superficie de un material) un sonido mediante algún tipo de aguja o buril, activado por vibraciones sonoras, que forma un surco sobre la materia elegida. Una vez realizada esta primera fase, la aguja leerá lo escrito en el soporte y reproducirá las vibraciones y, consecuentemente, el sonido original.