Técnica de acabado* de la madera en la que se aplica una capa de aceite vegetal (con o sin pigmentos disueltos) para intensificar o cambiar el color de la madera e impermeabilizarla.
Tradicionalmente se han empleado aceites secantes (de linaza, de nueces, de amapolas, etc.) aunque también se han usado algunos no secantes, como el de girasol o el de oliva. En ocasiones han sido mezclados con ceras, bálsamos o resinas.