Papel* empleado en el proceso fotográfico, bien como un negativo (al ser tratado adecuadamente para aumentar su transparencia) bien como un positivo de copia (en la mayoría de los casos). El papel fotográfico lleva en su superficie una sustancia fotosensible, la emulsión fotográfica*, que, al ser expuesta a la luz, registra la imagen captada. Puede ser de ennegrecimiento directo, cuando la imagen se forma al reaccionar la sustancia fotosensible con la luz, o de revelado, cuando hace falta el empleo de una sustancia química.