La piel* humana se ha empleado en casos especiales como materia para fabricar objetos de interés museístico. Se conservan varias encuadernaciones con la cubierta realizada con esta piel, principalmente, entre los siglos XVIII-XIX. Los pueblos Jíbaros utilizaban la pile de la cabeza de sus enemigos muertos para realizar las cabezas reducidas ("tsantsa"), como trofeo que fortificaba los poderes del guerrero, aplacaba la sed de venganza del alma del difunto y confería prestigio personal a us propietario. En la actualidad, un reducido número de artistas contemporáneos emplean la piel humana para realizar sus obras.