El término vitela proviene del latín "pegamenum vitulinum" y, etimológicamente, designa al pergamino* de ternera. Se fabricaba con la piel de ternera* muy joven y se destinaba especialmente a los códices de más calidad, ya que presentaba una superficie lisa suave y blanca y una estructura menos porosa que los pergaminos normales. No obstante, tradicionalmente, este término se ha usado como genérico para designar a cualquier pergamino fino de alta calidad preparado a partir de animales muy jóvenes o incluso de animales no natos, aunque este último dato no está ampliamente confirmado.