El peltre se conocía desde la Antigüedad, aunque parece que su uso se difundió a lo largo de la Edad Media. A partir del Renacimiento, los talleres alemanes e ingleses produjeron piezas de gran calidad. El peltre cayó en desuso a lo largo del siglo XIX, aunque a principios del siglo XX se intentó recuperar su uso, con los estilos artísticos Art Nouveau y Art Deco.
Aleación* de estaño* (entre 80-90 %) con menores cantidades de antimonio*, cobre*, plomo* o bismuto*. Fue empleado, principalmente, para hacer objetos domésticos y litúrgicos, así como soldadura de piezas de cobre y bronce*. Su uso fue muy extendido y, por esta razón, se han fabricado varios tipos de peltre. El peltre de más calidad contenía un alto porcentaje de estaño y menos plomo y cobre, aunque parece que a lo largo de la Antigüedad el porcentaje de estaño no superaba un 60-80 %. Cuando el plomo superaba un 15 % , la aleación no se empleaba para fabricar piezas de uso alimenticio y el peltre se conocía vulgarmente, como "metal negro". La incorporación de otros metales* modificaba las características de la aleación, como el antimonio que aportaba más dureza. El peltre con antimonio fue el más empleado por los talleres ingleses a lo largo de los siglos XVII-XVIII, de tal manera que la aleación se conociese con el nombre de "metal inglés" o "metal Britania".