Madera* dura, con anillos de crecimiento visibles, de color blanquecino a marrón claro. Presenta poro difuso, anillos de crecimiento diferenciados, con la madera de primavera mucho más ancha que la de verano, y radios leñosos bien visibles, unos finos y otros más gruesos, apreciables en el corte radial en forma de espejuelos y en el tangencial en forma de finas líneas fusiformes verticales oscuras, de longitud y distribución irregulares. Tiene grano fino y fibra recta. Es bastante dura y poco elástica, se pudre, se abre y alabea con facilidad y es propensa al ataque de xilófagos. El llamado corazón rojo del haya o falso duramen resulta del ataque de un hongo que afecta irregularmente a esta parte del tejido leñoso. En mobiliario se emplea en macizo. En época de Felipe II se menciona el haya de Flandes en algunos muebles. En el siglo XVIII aparece en estructuras de muebles de ensamblador: sillas, consolas y otros. Tradicionalmente se ha tendido a embellecerla, charolándola, dorándola u oscureciéndola para imitar madera de nogal* o de ébano*, aunque en el mobiliario provincial y en la actualidad se prefiera dejarla en su color. Con haya se fabrican muebles de madera curvada, juegos, platos, mangos, remos, zuecos y aros para tamices. Fue muy empleada como soporte* de la pintura alemana sobre tabla* y, en menor medida, por los pintores españoles. Tradicionalmente, las cenizas* de la madera de haya se han usado pata obtener carbonato potásico*, un producto muy empleado en la industria de vidrio*.
El haya ("Fagus sylvatica") es un árbol de la familia de las Fagáceas. Crece en Europa central y meridional, Asia y América del norte.