Técnica decorativa consistente en perforar una pieza con utensilios cortantes. La extracción del material permite el paso de la luz a través de los orificios, los cuales suelen presentar formas geométricas (triángulos, círculos, etc.).
En la Península Ibérica esta técnica decorativa se ha usado mucho en las técnicas cerámicas durante la segunda Edad del Hierro, en contextos relacionados con espacios de culto y necrópolis, siendo interpretados como pebeteros para quemar esencias o perfumes. En ocasiones estos vasos pueden ser trípodes. Por analogía el término calado también se ha usado tradicionalmente en la decoración de los textiles, donde se dejan pequeños
huecos que imitan el bordado*. También ha sido una técnica muy empleada en las decoraciones arquitectónicas y textiles.