Técnica decorativa del vidrio que consiste en superponer tres vidrios plaqués, cada uno de ellos desgastado al ácido, para conseguir el tono deseado, sustituyendo de este modo el uso de la pintura de grisalla* y del esmalte*. Esta técnica fue empleada por Antonio Gaudí en las vidrieras de la catedral de Palma de Mallorca.