El uso del bordado como técnica decorativa textil es muy antiguo, tal como muestran varias referencias textuales, así como representaciones de tejidos en imágenes. Los babilonios y los asirios fueron célebres bordadores, aunque fueron los frigios los que se consideraron como los inventores del bordado debido a la riqueza de sus creaciones, conocidas como "opus phrigiannum". Los romanos emplearon el nombre de "acupingere", es decir, pintura a la aguja, así como el término "plumatus". Con Bizancio y su predilección por la ostentación, el bordado se convirtió en una de las principales artes suntuarias y cuya influencia quedó patente en toda Europa. En la Edad Media Inglaterra ha sido un país de referencia para la técnica de bordado y cuyas piezas conocidas como "opus anglicum" tuvieron un gran prestigio hasta el siglo XV. En España la producción de bordados de calidad se sitúa a lo largo del siglo X y las referencias documentales se hacen muy numerosas a partir del siglo XII. El bordado español alcanzó su gran fama y renombre entre los siglos XV y, sobre todo, a partir del siglo XVI cuando la importancia que adquirieron a partir de Concilio de Trento las vestiduras de los oficiantes en las celebraciones litúrgicas originó una demanda creciente de prendas lujosas confeccionadas en sedas y bordadas.
Hay una gran variedad de bordados de acuerdo con los puntos de cosido*, el tipo de hilo, así como los motivos decorativos y cuyos nombres tradicionales se siguen empleando todavía. Un ejemplo característico es el término "enjalvado" que identifica un bordado con oro llano*.
Tradicionalmente los investigadores españoles emplearon los términos "bordado erudito" o "bordado culto" para referirse a los elaborados con materiales nobles, tanto en los tejidos como en los hilos empleados.
Técnica decorativa de tejidos o de otros soportes flexibles (cuero) realizada con agujas y diversas clases de hilos que, mediante puntadas, forman motivos y diseños decorativos en relieve más o menos acentuado. El bordado se ha realizado tradicionalmente a mano y de manera artesanal, hasta las primeras décadas del siglo XIX que comenzó la producción industrial de bordados.