Técnica de temple* que emplea como aglutinante una goma vegetal, habitualmente la goma arábiga, aunque también fueron empleadas la goma de tragacanto y las gomas de árboles frutales como el cerezo, el almendro, etc. Las gomas vegetales son solubles al agua y se mezclan con los pigmentos molidos muy finos. El temple de goma fue empleado en todas las técnicas pictóricas, aunque donde más fama alcanzó su uso fue en la iluminación de los manuscritos a lo largo de la Edad Media.