Las primeras capas de morteros preparatorios de la pintura al fresco, que se aplicaban encima del enfoscado* para eliminar irregularidades y servían de base para el posterior enlucido* de la pintura al fresco. El mortero se preparaba con arena gruesa y cal, añadiendo a veces polvo de ladrillo. Se aplicaban al menos tres capas sucesivas, dejando secar cada una de ellas, definidas a regla y tendel para las horizontales, plomada para las verticales y escuadra para los ángulos.