Habitualmente se emplea el término barniz o barniz antiguo para referirse a los engobes fundentes o vitrificados de los vasos cerámicos grecorromanos de superficie negra (como las cerámicas áticas o campanienses) o roja brillante (como la "terra sigillata"), así como para referirse al vedrío de plomo. No obstante, su uso es convencional y debe descartarse desde el punto de vista técnico ya que puede crear confusión respecto al barnizado* de algunas cubiertas no cerámicas.
Técnica de engobado* en la que se emplean arcillas desfloculadas artificialmente (aunque pudieron haberse usado arcillas, como las griegas "miltos" y "rubrica" o, incluso, aguas* que poseían o facilitaban estas propiedades de forma natural) mezcladas con fundentes y colorantes. El resultado de este proceso es que el engobe funda más que el propio cuerpo cerámico (a temperaturas alrededor de 900ºC), llegando a un punto casi de vitrificación, por lo que se produce el potente brillo superficial. Su color se debe a la presencia de un óxido (hierro, manganeso) en la pasta cerámica y el empleo de una atmósfera de cocción oxidante o reductora (debido a las iridiscencias que presenta en este último caso, este engobe fundente se conoce tradicionalmente como barniz lucente).